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1480 Párrafo inserto del Tratado
de Alcaçobas
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Ubicado un topónimo, es posible ubicar los inmediatos. Felipe II llamó Río de Oro a Castilla del Oro. Y Alonso de Guzmán le comprendió. Un región de Panamá, se conoce popularmente por "Las Flores”. En el tratado de Alcaçobas, la "isla de las Flores" estaba "cabe" las de Cabo Verde. Para los primeros navegantes portugueses, Cabo Verde se extendió de Brasil a Tierra Firme Más tarde entre Panamá y la Isla de la Sal de Cabo Verde, estaba la Tierra Alta. Perdido el topónimo tras la "conquista", el de Tierra Firme se extendió a toda la costa.
La isla de Santa Lucía, en 1600, pertenecía a Berbería. La canal la separaba de la cristiana Fuerteventura, conjunto de islas integrado en las Canarias. Zarpando de Galicia, se seguía la ruta del norte. La primera tierra que se avistaba era Lanzarote. S. Bartolomé, puerto de la Mar Pequeña , residencia de Cabrera, factor de Inés de Peraza, pertenecía a su jurisdicción.
Canarios y castellanos podía capturar esclavos de San Bartolomé "abajo", sin entrar en conflicto con el rey de Portugal ni el Xarife. Cabo Bojador, a 90 leguas de costa del puerto de Gran Canaria, que no de mar, se consideraba Berbería, por ser la población musulmana.
Se dice que Graciosa fue Marigalante. Según Fernández de Oviedo, se iba de La Margarita subiendo por Testigos. Última canaria al este del Caribe, en el tratado de Alcaçobas, en tiempo de los Austria lo fue Matalino. Perdida la Fogo , que en 1500 tuvo por capital San Felipe, quizá fuese la Infierno de los navegante de 1393. Y la Montaña Peleada , el volcán que dio nombre. Pudo se causa de que en 1580, no existiere San Felipe.
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1583 Los del Algarbe pasan de las Islas y Cabo Verde a Indias |
Antes de 1430, el Cabo de Naam de la Chaunaria de Hanón, era la frontera ideal, que separaba las Canarias del Reino de Fez y el principio de las "marcas" de Guinea y la Tierra de Negros No sabríamos donde estuvo Naam, de no haber contado Colón a Bernáldez, que estando a poniente de Cuba, los cubano situaron Naam, al oeste de la isla.
Adjudicadas las Canarias a Castilla, con obligación de convertir a los naturales, el Papa Eugenio IV traslado la frontera Cabo al de Bojador, partiendo en dos "isla" de San Miguel de la Palma ,. El norte se llamó Palma y el sur San Miguel. Reunificada por Lugo, volvió a llamarse San Miguel de la Palma. Colón puso Gracias a Dios al Cabo Bojador. Al sur se entraba en Tierra de Canaria. En pleno siglo XVI, Costa Rica se siguió llamando Canarias. Y los naturales cartagineses.
En el siglo XVII, el Golfo de Panamá se llamaba de San Miguel, como población ribereña. Aspirando a unificar las conquistas, en provecho propio, españoles y portugueses mantuvieron las fronteras difusas, dándose la paradoja de que la España oficial, con ocasión de tres tratados, se manifestaba incapaz de ubicar el Cabo de Bojador, que en 1579 reconocían, sin problemas, los pescadores de Huelva, que faenaban entre este Cabo y Ciénaga, en el delta del Magdalena.
El Atlas de Cresques de finales del siglo XIV , nos ayuda a ubicar el Bojador. Llama San Jorge una de las islas, que sitúa en el Poniente del Atlántico. En San Jorge construyo fortaleza el arquitecto Diego Pireis, en 1482, aparece en el mapa de Piri Reis, coincidiendo con la isla de San Jorge, del Atlas Catalán.
En 1580 Felipe II reunió las coronas peninsulares, sin unificar los reinos. Los vecinos del Algarbe, que cruzaban el mar en pequeñas embarcaciones, vendiendo productos de la tierra en las "Islas" y Cabo Verde, aprovechando la proximidad, emigraban a las Indias . Cerradas a los portugueses, Felipe II quiso cortar una penetración, imposible de haber estado Cabo Verde donde hoy se encuentra
Bernáldez, testigo de la estima en que tuvo Colón la obra de Mandeville, sitúa el macizo de la Guayanas en Tierra Firme; Marruecos en la Guayana , al reconocer Colón la Montaña Verde , frontera del reino de Dará y de paso el Monte Tartesos, porque genovés y cartaginés vieron la cascada, que bajaba de la cumbre al mar.
En la Edad Media se llamaba “isla” la manzana de casas, aislada por la calles; el núcleo habitado, aislado por selvas o desiertos, o el conjunto de islas, sometido a una misma jurisdicción o administración. Pobladas las desembocaduras de los ríos y la bahías practicables, por ser el agua la vía de comunicación más expedita, en tiempos de la colonización los establecimientos eran ribereños, extendiéndose al entorno de las minas, para quedar abandonados si faltaba el mineral y en el último tercio del siglo XVI, a las mejores tierras.
Sometidos los naturales a la encomienda y la mita, era frecuenta que se esfumasen, embocándose en territorio no frecuentados por castellanos, no faltando “conquistadores” que poblaron por su cuenta, estableciendo núcleos al margen de toda autoridad.
Basta repasar la obra de científicos, clérigos y viajeros, para constatar que en el siglo XVIII, buena parte del continente no había pisada por blancos, ignorando los colonizadores los sabían los Pinzones: que por el Río Negro se podía navegar del Amazonas al Orinoco.
En documentos del XV, despreciados por irrelevantes, se apunta a que buena parte de Sudamérica, estuvo comprendida en el topónimo Gran Canaria, pues se repite que Tenerife, Gomera y Hierro, "están" en Gran Canaria Por recuerdo han quedado la Punta e "Islas das Canarias", frente a la bahía de Parnaiba. En 1489, Fernán de Peraza, señor de la Isla , con residencia en la Villa de Gomera, murió a la parte de Mercadis, a manos de sus vasallos, cerca del límite que partía la jurisdicción del señorío, con el realengo de Gran Canaria. .
Fue la Gomera , escala de los castellanos, en ruta a los recates de Guinea, y el Marañón principio de una Hierro que terminaba en Paria. Y la Madeira , provincia y escala de los portugueses, topónimo que conserva afluente del Amazonas. No es casualidad que las dos naos, indicando el punto de arribada, estén frente a Panaiba y las desembocaduras de los ríos Marañón y de los Esclavos.
Explica Fernández de Oviedo, gobernador de Castilla del Oro, que partiendo del Río Marañón, en la “isla” de Hierro, navegadas 600 leguas en dirección noroeste, se entraba en Mar Pequeña, dando en Tierra Firme.
La armada de 1478, tocó el continente en el Río de los Esclavos. Siguió a las Canarias para acopiar múrices. Cosechados en Fuertventura, debió detenerse junto a la canal, que la separaba de Santa Lucia, antes de meterse en el Orinico, para ser capturada en el “rodeo” de la Mina.
De la Madeira del Río de los Esclavos, que aparece en los rotarios del Siglo XVI, partió Lanzarote a principios del siglo XIV, para conquistar la isla su nombre.
Situadas a barlovento de Paria, en el Levante americano, Gomera y Hierro, islas de señorío, que fueron templarias, pues pagaban el diezmo al señor, no al obispo, a la firma del tratado de Cintra, quedaron a Portugal, con una fortaleza de Santa Cruz, que fue de Inés de Peraza. Un Puerto Hierro a oriente de la península, y una Santa Cruz debajo de la Sal de Araya, no lejos de Cumana, lo recuerdan.
Oviedo sitúa Porto Santo en el delta del Orinoco, lindando con Calez. Pequeña provincia, poblada por andaluces e incontrolada, sería centro comercial de los corsarios, mercaderes en la Berbería del Xarife, en cuyos depósitos se abastecían de paños ingleses.
Los principales centros azucareros del siglo XIV, fueron Arguim y Madeira. En el siglo XV les reemplazó la isla de San Miguel. Sur de la Palma , productora caña y pastel. Adscrita alternativamente a la administración de Cabo Verde y Madeira, también perteneció a la Tercera. Reinado Felipe III, partió aviso de Madeira, advitiendo de 40 velas holandesas, que merodeaban por aguas de Palma. Las flotas las sortearon, pasando “al través” de la islas, por entre Lanzarote y una Berbería, que pudo ser la isla de San Bartolomé, eludiendo el Cabo de San Antón, extremo occidental de Cuba.
Habiendo recuperado Portugal la independencia, a finales de 1640, Felipe IV manifestó su preocupación por Palma. Siendo paso obligado de la flota, reunidas en La Habana , para regresar, ordenó poner "en defensa" la isla. De nada sirvió, pues los ingleses no tardaron en ocupar Bélice, colonia exportadora del palo de rosa, que aparece como producto de Canrias, en los aranceles.
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1630 Julio 20 Armada de protección |
La despensa que cargaban los barcos, en especial las armadillas y los de avisos, indica el tiempo y por extensión la distancia, que separaba el punto de destino, de Sanlúcar de Barrameda. Los que se dirigían a Palma la llevaban para tres meses, como los de San Miguel. Más cercana la Habana , se cargaba para dos meses, bastando despensa de un mes, al que viaje en las Islas de Barlovento. Buenos marinos, los holandeses del siglo XVII, atravesaban de sus puerto a la sal de Araya, en 14 días.
El tiempo atmosférico y otros condicionantes, relacionados con la arquitectura y ensebado del casco, estibado de la carga, velas y calidad del material humano, prolongaban o reducían el tiempo de travesía. Cruzar el Golfo de Yeguas, que separaba la península de las Canarias, podía ocupar un mes o más, pero lo común era rematar la travesía en 10 o 15 días.
Costumbre hacer aguaje en la Deseada , Céspedes advierte en su Tratado de Navegación, del mal carácter de los "caribes". Hábiles en el manejo de la flecha envenenada, los castellanos, a más de mostrarse corteses, debían tomar precauciones, antes de bajar a tierra y en tierra.
En 1619 el gobernador de Santa Cruz, harto de las guerras fratricidas, entre los reyes de Fez y Marruecos, ofreció la Isla de Mogador a Felipe III. El monarca aceptó el regalo, pero quienes conocían la "huma" del Amazonas, aconsejaron rechazarlo.
Estando la plaza de Alarache y Mamora, a 20 o 25 días de Sanlúcar, sin guarnición, armas, instalaciones ni socorros, sumar una tercera plaza, tan alejada por las condiciones la mar, como la de Magazán, pues solo en "colla" de buen tiempo excepcional, se podía entrar sin dificultades, acarrearía gastos sin compensación.
Pero a quien tiene el capricho, siendo otros los que corren con el gasto, no le faltan argumentos. Aplicando visión de conjunto, Felipe III expuso que estando la isla de Mogador en su poder, se aseguraban las Canarias, favoreciendo un comercio floreciente en las Islas.
Más tarde Felipe IV justificó el gasto de defender la Mamora , según los marinos superfluo, aventurando que su pérdida arrastraría a “las islas de Canaria". Lo sucedido en 1630, abunda en la posición del "archipiélago". Suspendida la flota de Nueva España, los mercaderes acordaron reunir sus navíos, navegando sin protección de la corona. Enterado el rey, agregó armada real de 8 galeoncetes y un patache, a pagar por la "avería".
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10.12.1600 Embajada del Xarife para en Londres, navegando hacia "Levante" |
No pudiendo oponerse, los afectados trataron la cuestión en junta, celebrada el 20 de julio. Se acordó que les escoltase hasta las Islas de Canaria, Guadalupe, la Dominica y Jamaica, apartándose las armadilla en "Sonda" , yendo a la Tercera , a la parte de las Azores, donde aguardaba "naveta" de la India , a la espera de escolta para continuar a Lisboa. Inhabitual la ruta, se impuso recurrir a ocho marineros, que estaban en la cárcel de Sevilla, ofreciéndoles la libertad, a cambio de servir como pilotos. Se calculo que de llevar los galeoncetes expertos examinados de la corona, ser perderían cuando menos la mitad.
Las grandes mareas inudan las alvinas de Araya, formando lagunas, convertidas por la evaporación en los mares de sal, que contempló Cadamosto. Riqueza del indio, por abril se cosechaba la sal, con los peces que quedaron al sol. Salados naturalmente, los vaciaban y terminaban de secar, vendiéndolos en el interior y a los blancos, que acudían a la costa.
El sitio se llamó Isla de la Sal de Cabo Verde, pero el venezolano Castellanos, conocía las salinas como de Tepé. Región incontrolado de la conquista de Portugal, las visitó en ocasiones, debidamente armado y pertrechado, por haber tenido desagradables encuentros con indios, que lanzaban los gritos habituales en los “seguidores de Mahoma” .
Frecuentadas las salinas de Cabo Verde por ingleses, franceses pero sobre todo holandeses, fueron pasadilla de Felipe II, que heredó Felipe III. En 1582, recién adquirida la corona de Portugal, el rey de las Españas quiso saber las riquezas que encerraba aquella Berbería.
Buscando al hombre adecuado para inventariarlas, lo encontró en Alonso de Guzmán. Alumno de cosmógrafo Pedro de Medina, aficionado a la mar, pues apenas salió de tutoría compró un bergantín para su uso, sumando la práctica a la teoría, con gran disgusto de su madre, dotado del sentido del secreto, de capacidad de observación y criterio, le mandó reconocer la costa de "la sal a la sal".
Llegado al extremo del Estrecho o Cabo Cantín, iría en busca de Alarache, puerto del Xarife cerrado a los cristianos, pasando por Mamora, Safi y Cabo de Aguer, sin apartarse de la costa, pues debía entrar en todos los puertos, sondar las barras, calculae la capacidad de la rada; averiguar si había madera para hacer barcos y sitio adecuando para astillero; que mercaderes y de que naciones los frecuentaban; las mercancías que traían y reacataban; las facilidades o dificultades de carga y descarga; las poblaciones que hubiese en contorno, su importancia y a que distancia se encontraban, pero sobre todo su había
Buscaría las salinas, consignados distancia del puerto y modos de explotación. Si era posible hacerla o ampliarlas; donde se vendía la sal y quienes la cargaban; el precio las sal, las medidas que usaban y de pagar derechos, quien los percibía. De haber estado los lugares, en el cercano Marruecos, el Duque de Medina Sidonia no hubiese cargado provisiones para tres meses, en la chalupa que llevo por embarcar en febrero. Ni permanecido ausente hasta mayo, no pudiendo despedir a su madre, porque murió en su ausencia.
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1582 Orden de registrar las salinas de Berbería (frag) |
Al Xarife Hamete murió en 1603. Al repartir las coronas entre sus hijos, condenó a sus vasallos, a guerra continua. Aliado de Felipe II a Muley Mahamete, rey de Fez, , Holanda apoyó Muley Cidam, rey de Marruecos. Encontrándose en apuros, los holandeses probaron que no abandonan al vencido, al concederle el asilo. Salvando lo que más apreciaba, mandó por delante biblioteca de 7.000 volúmenes, en barco holandés. Robado por marselleses, estos lo fueron por españoles, parando los libros en manos de Felipe IIIl.
Queriendo recuperarlos, Cidám se puso en contacto con trinitario, residente en Mazagán. Desembarcado en Sanlúcar y enterado del interés de su colega, pidió rescate tan disparatado, que los libros quedaron en El Escorial, para prestar a Felipe II una curiosidad intelectual, que no tuvo.
En su política de acercamiento a la población de Indias, por ser piedra angular de su riqueza, con las maderas del Báltico y el trigo de Novgorov, favoreció el intercambio, a golpe de medidas fiscales. Gravada la entrada del cahíz de sal, procedente de los reinos de España, con 12 reales, el de las salinas francesas de Broaje con 8, la sal procedente de Araya era franca. Sumando a las medidas económicas las culturales, aborígenes de Indias, debidamente contratados y pagados, fueron importados a las Provincias Unidas, para enseñar su lengua a los flamencos.
Retomada la cuestión de la sal en 1600, Alonso de Guzmán explicó al rey, que a la sal se llegaba lo fue del problema, retomando la cuestión en 1600. Informado de que a la Isla de la Sal se llegaba entrando en "el Mar Pequeño", por la canal, entre Fuerteventura y Berbería, en 1602 quiso el rey mandar armada de 9 naos vizcaínas, que limpiasen Tierra Firme de corsarios, pasando por Araya, para terminar en las Islas de Barlovento, límite de la Indias de Castilla.
Calificó el Guzmán la idea de dispendio, pues podrían suplir los galeones de la plata. Zarpando a su tiempo, en enero, estarían en el Caribe por abril, perdiendo tres o cuatro días en limpiar la sal. Emboscados en la Margarita , mandarían "lengua" a la sal , en patache o chalupa de indios, que avisase de la llegada de los corsario. A 12 leguas de aguas "limpias", zarpando al amanecer, podrían desbaratarlos al amanera.
En 1604 los galeones se hicieron a la mar el 20 de enero. Hubiesen dada en las urcas, de no equivocarse yendo a las Canarias, que estaba a 6 jornadas de la sal. En 1607, el rey hizo nueva consulta. Aleccionado por la experiencia, Alonso Pérez abandonó los viejos topónimos: el camino de la sal pasaba por la canal, que separaba Matalino de Santa Lucía. Costeadas las islas de San Vicente y la Granada , dejando Los Testigos a sotavento, se podrían a vista Tierra Firme. Virando a poniente, rebasado el Cabo Tres Puntas, se encontraba la sal de Araya.
La Armada de la Carrera de Indias peleó con las urcas. Regresó con prisioneros de todas naciones pero tan maltratada, que Felipe III quiso matar al perro. Sin detenerle la importancia de la sal para los naturales, conservante de carnes y pescados además de medicina que les libraba de parásitos, en ocasiones mortales. Mandó ingenieros a cegar los tomaderos. Por fortuna, el fracaso fue rotundo.
Estrechas las relaciones de Cudam con Inglaterra, alarmo al Austria embajada de Marruecos, que navegaba hacía levante. Se dijo que iba en busca de joyas, pero se supo que los embajadores, fueron bien recibidos por la reina. Poco después embajadores de Isabel, visitaron al Xarife Hamete.
Habiendo ocupado el reino de Tremecén, los turcos tuvieron puerto propio en el continente americano, riesgo añadido para Castilla, pero también para los "moros" o mauritanos, vasallos del rey de Fez, Marruecos, Sus y el Algarbe de Berbería, pues las relaciones con el Imperio otomano eran cambiantes y a menudo hostiles.
Más preocupado Felipe III por las buenas relaciones de sus vasallos con el infiel, en 1600 renovó la prohibición de mojar en puerto de infieles, buscando cortar la evasión de capitales de una Castilla en crisis, a un reino de Fez, activo y en desarrollo. En adelante, las mercancías destinadas a Marruecos o Fez, habrían de transitar por la plaza de Mazagán.
Nulo el efecto de la restricción, pues pescadores, boneteros y mercantes menores, continuaron tocando donde les parecía, en 1603 el monarca precisó: lo que tuviese por destino el Algarbe de Berbería, entrarían por Ceuta y Tánger; lo que a Marruecos por Mazagán, puerto fluvial a 12 leguas de la desembocadura de río Ajer, Aer o Aguer, a 25 leguas de la capital del reino. Recomendado el puerto como paso al reino de Fez, aún estando alejado, comprendiendo que la ventaja de ofrecer seguridad, alejando la carga de un mar, repleto de corsarios, no compensaba el gasto, el rey autorizó el puerto de Salé, de moros pero abierto a los cristianos por ser "escala de mercadores".
Mencionados en la albalas de 1463, la Mar Pequeña , Tierra Alta, Cabo de Bojador, Puerto de Mogodor y Cabo de Ajer, hemos de admitir que todos estivo en la misma tierra. Y que el Río de Ajer del siglo XVIII, tenía relación con el Cabo. Se llamó también Río “Grande", "de Samor o Azamor" y de "Mazagán", siendo el que conocemos por Amazonas, cuyo delta se identifica en los rotarios con la “Huma Grande”.
Comunicada la desembocadura con la mar por dos canales, el del norte salía por la Punta del Placel ; el del sur corría a lo largo de la Isla de Mogodor , hasta el Cabo de Aguer, que dio nombre a las aguas y pesquerías del contorno, aún habiendo sido rebautizado el cabo, con el nombre de Cabo Blanco.
El río era navegable hasta Barca de Moros, en Perú. Debía el nombre a ser el embarcadero, por el que escapaban los incas a la férula de los españoles, acogiéndose al imperio libre de Poniente. Vía de comunicación el Amazonas, el Río Negro conectó el continente, al unir el Gran Río al Orinoco.
Por los cauces de los ríos americanos, hubiesen podido navegar los más grandes galeones, de no impedirlo las barras. Consta que pasaban las de Mamora y Alarache navíos de 200 toneladas, pero el que rebasaba las 100, lo hacía con incomodidad.
El topónimo "Mazagán" se ha conservado, en la ribera izquierda del Amazonas. Cerca de Puerto de Santa Ana, el Angra de Santa Ana de Cabo Blanco, donde se proponía pescar Ginés de Quintero, en 1591. Borrado el topónimo Azamor, puerto de Marruecos, bien pudo ser Macapá. Y su torre la fortaleza del Xarife, que tando preocupó a los Austrias. Atribuida a los portugueses, es modelo de arquitectura rutinaria, que se repite en todas las latitudes, desde la más remota antigüedad.
El "porto de çensias de las almaçones" al fondo del Pará, es brazo del delta que forma la isla de Marajo, conocida por Mogodor o Magador, hasta el siglos XVII. Una Santa Cruz, preservada en los atlas del siglo XX, recuerda la aduana portuguesa de Santa Cruz de Cabo de Guee; la Tagaoz musulmana.
El topónimo Santa Cruz se atribuye a Cabral. Alcanzó Cabo Frío. El reino de Sus tuvo Safi por puerto. En el siglo XIII lo ocuparon "nazarenos" o cristianos. Recuperado por Abenyuçuf, aparece como "escala de mercadores", en real provisión de 1475. Conquistado por Alfonso V, fue factoría portuguesa. Conquistado por Mahamete, lo mantuvo abierto a los cristianos.
Arguim, Cabo Blanco y Cabo Verde, estaba en la costa de la Guinea de los Ríos. Felipe II le prestó costa de 1.000 leguas. Alonso de Guzmán le corrigió. No pasaba de 300. Las 700 restantes pertenecían a Brasil, Ratificó el Adelantado, Conde de Santa Gadea. En informe sobre el reino de Fez, prestó al Xarife 300 leguas "de costa de África, toda suya". Pero no más.
En las "Cartas de Relación", Cortés menciona mezquitas, en tiempo en que ningún español, podía confundirlas con templo de otro clero. Hablando de la principal de México, describe el minarete. No es casual que el topónimo Matamoros, ser repita del Río Grande al Yucatán, ni el Valle del “Mezquital” mejicano.
Fernández de Oviedo registra la huella del Islam y de Andalucía en Castilla del Oro. Sus gobernados rezaban en mezquitas, a imitación de los andaluces, llamaban "ome" al hombre como los andaluces, y "queví" al señor, como los árabes. Para desgracia del arqueólogo, vivían en tiendas de lienzo.
La organización de albergues en los caminos, descrita por Mandeville en el reino del Gran Khan, se parece extrañamente al sistema de "tambos", que describe Jerez, el primer cronista del Perú. Depósitos óseos y testigo del los pleitos colombinos, residente en Indias, incluyen al elefante entre las especies extinguidas, por culpa del marfil.
El Gran Khan los utilizo el guerra. También el Preste Juan. En tiempos de Roma, fueron novedad, introducido por el cartaginés Anibal, en las Guerras Púnicas. Tanto los romanos, como los cartagineses tenían navíos, capaces para transportar elefantes.
Derribado Atahualpa, Pizarro sería precursor de sistema de colonización encubierta, utilizado con profusión por los Estados Unidos. Considerando conveniente gobernar por persona interpuesta, "creó" Incas sucesivos, con mal resultados, pues se alzaron uno tras otro. Derrotados por inferioridad técnica, escapaban al este de los Andes, tierra de moros, según decir de los cristianos.
En el último cuarto de siglo XVI, fraile de Nueva Castilla se quejó de la despoblación del virreinato, efecto la deserción. Los naturales se escurrían por Barca de Moros, dejándose arrastrar hacia el Cabo de Aguer, por las aguas del Gran Río, donde residían los musulmanes vasallos de Hamete, que llamaron "ponientales", para distinguirse de los "orientales" del Algarbe de Berbería y el Norte de África.
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El Amazonas: Maçagao, Madeira |
Las Indias de los "conquistadores" terminaban en las Islas de Barlovento. Pero era el Xarife quien cobraba alformaje, a los andaluces que calaban las redes entre Bojador y Çenaga. El castellano sabía que apenas se alejaba núcleo de la población, penetraba en territorio sometido a la autoridad del Islam.
Negra la población de Guinea y de las tierras bajas de Caribe, el África "circular" de la vieja geografía, se extendía al norte y sur del Ecuador, penetrando en la región de hombres de piel cobriza o "loro", también conocida por Asia, en atención a los rasgos orientales.
Anteponiendo el credo, los castellanos llamaron “Berbería” al territorio musulmán del continente americano, el norte de África y el Oriente islámico. Los europeos, que anteponían la morfología, conocieron por África la tierra que producía racionales de piel negra.
Guinea fue la Etiopía , patria de los “etíopes” de Estrabón. Negros, vivían a la "parte de mediodía", en las dos orillas fronteras del Océano, que les separaba. El reino de Fez, patria de beréberes y moros, o mauritanos, distó de ser unitario. Cruzando el mar, se subdividía en reinos menores, subsidiarios o independientes. Como los estados del Gran Khan y el Tharsis del Preste Juan.
Costumbre de los "moros" dar vasallaje a diferentes señores, sin que autoridad superior del Xarife, se sintiese afectada. Todo indica que aún sin ser reconocida, pues hubo reinos de confesión judía y de "nazarenos", que no admitieron superior.
Adaptados los credos a la mentalidad local, la liturgia e interpretación del dogma de los musulmanes, asombró a Ibn Batuta. Y el credo de los nazarenos, a los cristianos. Como en tiempos de Mandeville, en el de los conquistadores pervivían cultos animistas. Extendido el del sol y la luna, los "manes" o antepasados aparecen en Bogotá.
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En el planisferio tardío de Cabrera, el Nuevo Mundo queda circunscrito al norte de América, entonces tierra intratable, para Castilla, sin perjuicio de que sus costas fuesen frecuentadas de antiguo. Cuando apareció la obra, el pasado precolombino era demasiado reciente, para hacer creer a los "canarios" americanos y los portugueses de Cabo Verde, que Colón los había descubierto.
Cabe que la exclusión de los negros del continente, tenga raíz económica. No estando previsto en la concesión de Martín V, ni en la bula de Alejandro VI, que los beneficiarios del monopolio del continente, hiciesen de la población mercancía, situar el origen de las piezas, destinadas a la trata, en África, facilitó su comercialización, sin afectar a los privilegios. Y la Iglesia la percepción del diezmo.
Encomendar el indio de color "loro", permitió explotarlo como esclavo, sin decirlo, equilibrio escolástico que completó la mutación del negro americano, en africano.
Castellanos y portugueses practicaron la trata, con celo similar y bendición de la iglesia, destacando los últimos, por disfrutar de cantera mejor nutrida. Reemplazados por holandeses e ingleses, sociedades intelectualmente liberadas, que hicieron gala de humanismo, no les fueron a la zaga.
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