Muley Cidam tuvo por palacio su almehala. Dignatarios, cortesanos y embajadores, le seguían con sus jamás, mobiliario, libros y despensa, agregados a corte trashumante, que no dejó restos materiales.
La afición a la tienda, no implica que no supiesen construir. Lo hacían más que decentemente, a juzgar por la alcazaba y el zoco de los “ andaluces” de Marruecos, las murallas y aduana de Safi, o la alcazaba de Sale. No habiendo manifestado interés por la cal, teja y ladrillo, introducida por españoles y portugueses, construían en adobe, quedando los restos de fortalezas y poblaciones abandonadas, en montón de tierra.
Siendo el agua vía expedita de comunicación, Marruecos, estaba en la ribera de un río. A 25 leguas por tierra de Mazagán, camino accidentado prolongaba el viaje 8 días, siendo habitual recorrer 16 leguas por jornada. Despejada la carrera, la capital estaba a un día del puerto de Safi, siendo extravagancia ir por tierra a la Mamora , separa por 75 leguas, que transcurrían por sierras, cortando el camino “los mayores ríos de Berbería”, afluentes de río de Samor o Azamor, también conocido por Río Aer.
El cautivo más “desgraciado”, era el que paraba en Marruecos. Reino peligroso por alejado e incomunicado, no había clérigo que rescatase. Descubierto por los Trinitarios legado de infanta de la casa de Austria, destinado a rescatar cautivos en reino "tan lejano", se propusieron aprovecharlo, mandando dos frailes a Mazagán, "puerta" del reino. Pasaron dos años en la plaza, sin atreverse a cruzar la frontera.
Enterado de que la Iglesia había renunciado, Alonso de Herrera, vendedor de bonetes residente en Cádiz, bien relacionado con los musulmanes, ofreció rescatar cautivos en Marruecos y Salé, ahorrando costos por saber navegar sin escalas, a la ida y la vuelta. Preservando el negocio del clero, prometió entregar los cautivos a los frailes, tocando en puerto español, para que rematasen el negocio. No tranquilizó la oferta a la iglesia. Defiendo el monopolio de los recates, los clérigos se opusieron frontalmente, siendo rechaza la oferta de Herrera.
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1624 Fragmento de carta de Francisco Roque desde Mazagán. Episodio Raxili |
Interesado por una Indias no controladas por el rey de las Españas, Luis XIII de Francia quiso factor y casa en Safi y Salé, en la que sus vasallos, habituales de los puertos del Xarife, pudiesen renovar el matalotaje y utilizar madera local, para reparar los navíos. Considerando que embajador blasonado, merecería mayor atención que el ordinario, en 1624 nombró a un "Monsieur de Raxili", caballero de Malta, petulante y corto de meninges.
Se presentó en el puerto de Safi sin avisar, con 4 velas, 2 capuchinos y 400 hombres, de los que 40 eran "caballeros principales". Al decirle que no podía desembarcar, sin pasaporte del Xarife, mandó al embajador Samandris, que estaba en la almehala de Cidam, entonces en Marruecos, correo por la posta, con orden de obtenerlo de inmediato. A duras penas consiguió seguro para Raxili y licencia para entrevistarse con el alcaide Mahamud, que estaba en Safi.
Lo envió Samandris, con carta adjunta pidiendo al caballero que se abstuviese de desembarcar, antes de su llegada, pues siendo susceptibles los musulmanes, un gesto podía provocar reacción, de graves consecuencias. Deslumbrado Raxili por el complejo de superioridad, que afecta a quien asume responsabilidad que le supera, seguro de epatar a los naturales, desplegando el fasto francés, bajó a tierra seguido de los frailes, cuatro músicos, los caballeros y 60 hombres, instalándose en el edificio de la aduana, sin ser invitado.
Preparada cena copiosa por sus cocineros, la disfrutó bien servida y mejor regada, con fondo de música y trompetas. Terminada, los comensales se dieron al sueño, sin sospechar que el alcalde, cerradas las puertas por fuera, desplegaba alguaciles por las ciudad, a la caza de franceses dispersos. Marineros interpelados en plaza del puerto, comprendiendo que la visita se había complicado, se tiraron al mar, ganando a nado los navíos. Enterada la tripulación de lo que estaba pasando, izaron las velas, haciéndose a la mar. Desentendiendo de los compatriotas que quedaron en tierra, no pararon hasta Francia.
Al saber del escándalo, Cidam mandó al jeque Israel, en busca de Amigo el judío de Samandris, antes de marchar le informó del suceso. Temiendo que le tocase paga la imprudencia de Raxili, podió licencia para regresar a Francia, alegando una urgencia. Al retrasarse el pasaporte, el embajador perdió los nervios, abandonando la corte sin despedirse.
Teniendo barco propio en Safi, galopó hasta el puerto, sumando la imprudencia de zarpar en pleno día, a vista de ingleses y del hijo de un capitán flamenco. Denunciado de inmediato, por no tener licencia, los alcaldes mandaron barco de armada en su busca. No obedeció el embajador la orden de detenerse, siendo abordado. En la refriega perdió cuatro marineros, siendo apresado con los restantes.
Trasbordados al barco de Cidam, el barco de Samandris quedó ardiendo, hundiéndose mientras se alejaban. Al día siguiente la cuerda de presos entró en Marruecos, con el embajador al frente, a caballo y cargado de cadenas. Cruzaron la ciudad entre los insultos de un pueblo, que uniendo la acción a la palabra, les lanzaba basura, golpeándoles con escobas de palma. Sirosi, enemigo de Samandris, hizo doblemente penoso el paso por del Zoco de los Andaluces, pues siendo alcalde, excitó los ánimos de la población.
Quedó el francés preso en el alcázar, acusado de cobrar subvenciones del rey de España, siendo embajador de Francia. Y Raxili alojado en su tienda, sin padecer más incomodidad que la de soportar la guardia..
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1581 Los mercaderes de Cádiz tenían trato en Berbería |
Teniendo arrendado el puerto de Azamor, a medias con Samandris, el agente Francisco Roque temió por su propia seguridad. Adelantándose pidió audiencia, siendo recibido por Cidam. Le permitió continuar el contrato en solitario, a condición de visitar a Samandris en la prisión. Comprendiendo que el menor gesto de amistad, le llevaría a compartir la prisión, permaneció imperturbable. El embajador, cadena al cuello, compartía sala espaciosa con 50 delincuentes comunes.
Entretanto Cidam y Raxili intercambiaban cartas, sirviendo de correo el jeque Israel. Terminó el trajín en memorial del rey de Marruecos, dirigido a Luis XIII. Se podría tratar de la concesión de "casas" y libre uso de los puertos, a condición de que el francés probase su buena voluntad, haciendo restituir a Cidam y sus vasallos, lo que les robaron los franceses. Roque notó que en la relación no figuraban los 7.000 libros, biblioteca de Cidam, robados en la mar, que estaban en El Escorial.
Liberado Raxili con uno de los frailes, bajo palabra de regresar en un plazo de seis meses, con la respuesta de Luis XIII, embarco el 23 de noviembre en Safi, en navío de flamenco, que regresaba a Europa. El la misma fecha Roque abandonó Marruecos, reintegrándose a su casa de Mazagán.
En 1630, barcos de armada españoles entraron en Safi, robando 6 navíos franceses, incidente que no estorbó la consecución del acuerdo, firmado por Cidam con Luis XIII, entre 1631 y 1635. Abandonando el mercado español, Francia de abasteció de géneros de Indias en Marruecos, no tardando en entrar en competencia Inglaterra. Técnicos ingleses ampliaron las salinas del río Ajer, produciendo salitre, materia prima de la pólvora. Fue cliente Felipe IV . Lo compraba con cera de palo o de Berbería, producto exclusivo del puerto de Safi, por no criarse la palma de Carnabua, fuera de la cuenca del Amazonas.
En 1622 se alzó morabito en el reino de Fez. Cidám salió a su encuentro y fue derrotado, retirándose a Safi. Debió penetrar el alzado en Marruecos, pues en abril de 1627, Cidam plantó su almehala "en medio del Safi", en el escenario de batalla, que había ganado. Presintiendo la muerte olvidó la guerra, entreteniéndose en cazar y pescar en la laguna. Le sucedió su hijo Abdelmalec. Nacido de cristiana, se llamó "emperador de Marruecos", consciente de su debilidad.
Manifiesta su afición a los españoles, Felipe IV aprovechó para introducir el Evangelio en el reino, por ser arma de poder del Vaticano y España. Propietaria la orden franciscana del privilegio de catequizar África, desde el siglo XV, tres frailes de la provincia andaluza de San Diego, fueron enviados a título de embajadores.
Francisco Roque les consiguió pasaporte, con autorización para rescatar cautivos y fundar convento. Barco de la plaza de Mazagán les llevó a Marruecos, medio de transporte imposible, de ser aquel Marruecos la actual Marrakech. Iniciadas las obras del cenobio en 1630, Abdelmalec fue asesinado de un arcabuzazo, en el camino de Mazagán. Le sucedió su hermano Muley el Qualid, de muy distintas inclinaciones.
Mercader de Londres, que zarpó del puerto de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda, rumbo al Safi, en busca de grano, asistió al cambio de rey. Vio levantar gente de a pie y a caballo, montar dos piezas de artillería y expulsar a los españoles. El nuevo Xarife les cerró sus puertos, prohibiendo vender grano a cristianos, pero no a protestante. El inglés pudo continuar cargando el navío, mientras contemplaba el espectáculo.
Ahorrativo Cidam, había dejado el tesoro en ropa, joyas y oro, disimulado en huecos de la muralla de Safi. Respetado por Abdelmalec, el hermano invirtió en popularidad, repatiéndolo entre alcaides, jeques y el pueblo llano. Todos bendecían al monarca bendecido cuando asaeteó, por mano propia, al P. Pardo y un compañero, mandando al tercer fraile y a Francisco Roque, a trabajar en el molino de pólvora.
Las cabilas del reino de Fez y Salé no tardaron en alzarse, no siendo de excluir intervención de la mano de Olivares. Muerto El Qualid en 1637, le sucedió un Muley Xeque pro castellano. Felipe IV Fray envió nueva embajada, encabezada por Fray Nicolás de Velasco, franciscano conventual en Sanlúcar, predicador y hábil diplomático. Rotundo el éxito, rescató a Francisco Roque, con cautivos cuya libertad deseaba la reina, por el módico precio de 2.000 ducados, a más de recuperar los huesos del P. Pardo y su compañero.
Es probable que Safi estuviese donde hoy se levanta Belén. Navegando de Marruecos al puerto de Azamor, se pasaba frente a Safi, que avistaban los navegantes del XV, regresando del Cabo de Aguer. "Playa" su puerto , solo pudo estar en el Pará, río amplio y resguardado, que discurría entre costa continental y la Isla de Magador. En Safi se compraba oro, especies, añil y cochinilla, como en Salé, donde no había cera de palma ni salitre.
El Safi actual está en la costa atlántica de Marruecos. Asimilado a la Mysokara de Ptolomeo, al haber sido puerto importante en el siglo XI, aparece en el Bekri como Asfi. Dotado de ribat y cerrado por muralla, en provisión de 1475, la ciudad de Safi o Çafi aparece entre las “escalas de mercadores”. En 1478 los Católicos dieron seguro para ir al "Çafy", puerto de moros, abierto a cristiano, al mercader genovés, Pedro de Calonias. A principios del siglo XVI, mercaderes de importancia, como el rey de Portugal o el duque de Medina Sidonia, tuvieron factor en Safi. A cambio cereales europeos, aceite y paños, recibían cueros, esclavos y algo de oro. Conquistado por Alfonso V, amurallado en 1508, lo recuperó Mahamete, mediado el siglo XVI.
Una 60 leguas al este del Amazonas, en costa de Guinea, que dista 7.000 millas de Andalucía, según Alonso de Palencia, estuvo el Río de los Esclavos. Primera escala de la flota formada en 1478, para la Mina de Oro, Alonso de Chaves, en rotario compuesto en la segunda mitad del siglo XVI, ubica su desembocadura en la costa de Paria, a 2,5º, latitud sur: "desde este río se hace la entrada o la ensenada para el río Marañón: tiene por la banda del sur una punta, y doblada aquella entran en el río Marañón". Cerrado el intruso con otros puertos, por el primer Mahamete "conquistador", portugueses y castellanos dejaron de frecuentarlo.
Obligado desubicar topónimos, para imponer el principio ideal de "descubrimiento", en especial los que evocaban un Poniente, frecuentado antes de Colón, se creó el vacío en costa acogedora y de fácil acceso, para poblar la del Sahara. A falta de ríos navegables, el León el Africano, artífice de memoria colectiva políticamente correcta, hubo identificar ríos, en los que según Mármol, autor de obra coetánea, entraban los portugueses desde la mar, remontándolos 300 y más leguas, con cauces secos de Oueds temporales.
Sin tener donde acoplar un Río de los Esclavos documentado, sitúo su nacimiento en el Atlas, haciéndole discurrir entre las provincias de Tadla y Hascora. Pasando entre las dos Fez, muere sin alcanzar el mar, en el Ummirabih, igualmente irrelevante. Haciéndole seguir por Duquela y Temesena, le lleva a desembocar en la Azemmour actual. Vadeable a pie entre octubre y mayo, en la temporada de las lluvias, se cruzaba en balsas de odres.
El rumor de que holandeses o ingleses hacían fortaleza en la isla de Magador o Mogodor, entre el Pará y la “Huma” del río Aer, fue alarma constante en tiempo de los Austrias. Tras la adquisición de las plazas por Felipe III, al ser la isla "comarcana" a la Mamora y demás "puestos" "de aquella costa", la fortificación de la boca del río "Aer", entre Mazagán y Safi, fue calificada de particularmente "peligrosa".
Suponiéndola en cada ocasión de nueva planta, los navegantes procedentes de aquella costa eran interrogados en profundidad. Protegía la fortaleza rada dotada de salinas, con peña en la bocana. La noticia de que renegado flamenco, residente entre moros de muchos años, las estaba “rompiendo” , con ayuda de "ingenios" importados de Flandes, sembró el pánico en el ánimo de Felipe IV.
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1634 Fletes Tiznado, cabo de carabela en Mazagan. La plaza a 12 leguas de la boca del río |
Ordenaba el Conde - Duque despliegue de espías, cuando apareció en Sanlúcar en busca de socorro, por estar la plaza de Mazagán sin comida ni armas, el capitán Antonio de Fletes Tiznado, cabo de carabela. Enterado por ser su ocupación la vigilancia del río, el 31 de agosto de 1634, prestó declaración.
Estando Mazagán 12 leguas río arriba, conocía la fortaleza, pero no la vio construir. Tenía el Xarife guarnición de 500 hombres y artillería, habiendo crecido "aduares" a la "redonda", ocupados por población civil, que tampoco eran novedad. Con barra al río, la ensenada hubiese podido albergar 80 velas mayores, pero el peñote solo dejaba entrar barco menores.
Preocupado el gobernador de Mazagán por el renegado flamenco, que lo quitaba con herramientas importadas de Flandes, pues de entrar navíos de alto bordo en rada tan próxima, la plaza podía darse por perdida, mandó a Fletes a reconocer la obra en diferentes ocasiones, acercándose tanto que hubo de meterse tras la peña, para ampararse de la pelotas. Naturales las salinas, el Xarife se proponía ampliarlas, habiendo confiado la explotación a ingleses, fabricantes de salitre.
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11.1.1637 Fuerte Xarife |
Calmados los ánimos, en 1637 relanzó la cuestión irlandés, residente en la bahía del río Aer. Apareció en Sanlúcar, deseando iniciar nueva vida entre cristiano. Haciendo méritos para ser recibido como vecino, contó lo que sabía, añadiendo lo que imaginaba. De Muley Abdelmalique la idea de eliminar la peña, mientras vivió los trabajos fueron avanzaron, pues visitaba la obra a menudo. Pero al no manifestar interés el nuevo rey, se habían ralentizado.
Desmovilizadora la verdad, en el caso, el irlandés añadió que terminados, la fuerza concentrada en la rada permitiría al Xarife recuperar las plazas y hacer impracticables las rutas de Indias. Siguiendo su consejo, se repitió la operación fallida de la Mamora , suponiendo que al tener la bahía salida al río, el efecto de dos barcos cargados de cantería y argamasa, desfondadazos en la canal, sería diferente. Pero dos carabelas que quedaron encerradas, salieron sin dificultad, uniéndose a las de Salé, para robar según costumbre.
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1581 Venegas, desde Marruecos |
Intentaba Felipe II que el Xarife le entregase “Alarache”, prisión de D. Sebastián, con la persona del rey adjunta, cuando la urgencia de presencia de turcos, con intención de hacer fuerte en Tetuán, a las puertas de Andalucía, despertó a Pedro Venegas. En carta de 16 de junio de 1582, escrita desde la corte de Cidam, aconsejó a Felipe II ofrecer Arcila por Alarache, reservando Mazagán. Al estar "aquí" junto a Marruecos, "cabeza de su reino", le "estaría mejor" que Tetuán, "tan apartado" , en el Algarbe de Berbería.
Los dos Mazagán o Mazagâo, que conservan el topónimo, están en la ribera del Amazonas, de 12 leguas poco más o menos, de la desembocadura del río en la "Huma". Arrastra el agua arenas auríferas, pero en proporción tan insignificante, que tanto el rey como sus consejeros, consideraban "echado a mal" el dinero, empleado en la plaza.
Complicado el viaje, era frecuente que los barcos del socorro entrasen sin dificultad en la Mamora , pero no pudiesen acercarse a Mazagán. Travesía de 25 días con buen tiempo, pero susceptible de prolongarse impensadamente, los barcos llevaban despensa para seis meses.
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1585 Moros y judíos, entrarían en la plazas de día y con célula, como en Indias |
Los de avisos solían tardar 19 días en ir a Sanlúcar, mercando un hito el que llevó la noticia de la muerte del gobernador, conde de Castilnovo, a manos de los "moros". Saliendo de Mazagán el 11 de abril de 1640, entró en Sanlúcar el 28, pasados 17 días.
En 1581, creyendo en puertas la entrega de Alarache, Alonso de Guzmán preparó la evacuación de la plaza, contratando 700 toneladas de buque, repartidas en tres embarcaciones. Censados 125 caballos, no siendo conveniente dejarlos atrás, pues al estar domados eran arma de guerra, aconsejó comprarlos para matarlos o echarlos al mar. Aún siendo caros los caballos, sería más barato que alimentarlos durante la travesía, estando la cebada a 16 reales fanega.
En 1639 otro Guzmán, duque de Medina, harto de adelantar dinero para socorrer a las plazas, propuso a Felipe IV comprar grano Berbería. Importante la diferencia de precio, pues el trigo estaba a 7 u 8 reales fanega, valiendo en Andalucía de 16 a 17.
Paso obligado a Marruecos, en Mazagán embarcaban y desembarcaban españoles con destino al reino y musulmes que viajaba contra la voluntad del Xarife. Se podía viajar en los barcos del socorro, o con mercaderes, con destino a Tánger o Ceuta, plazas igualmente portuguesas. En 1627, Francisco Roque pidió barco regular, con Portugal cuando menos. De no estar obligados viajeros y mercancías obligados a vegetar por tiempo indefinido, a la espera de embarque, la plaza podría convertirse en centro comercial, produciendo ingresos en lugar de gastos.
Mercaderes los residentes en Mazagán al no trabajar la tierra ni practicar la ganadería, les moros del contorno acudían diariamente al mercado, ofreciendo sus productos al mercado. Temiendo infiltrados, Felipe II impuso las restricciones que se aplicaban en las "poblaciones de españoles", fundada en Indias. Los residentes en tierra del Xarife, aun siendo cristianos, tendrían que sacar cédula para entrar en las plazas. A imitación de los indios, judíos y musulmanes no podrían hacerlo antes de la salida del sol, saliendo a su puesta, estando prohibido que pernoctasen, bajo ningún pretexto, aunque trabajasen en servicio domestico.
La situación que refleja la documentación, indica que los sucesivos xarifes, hubiesen podido recuperar las plazas con facilidad. Puede que no lo hiciesen, porque a cambio de territorio, insignificante en aquella inmensidad, el ocupante ofrecía mercado y abastecimiento a la población del contorno. Esto no impidió que los enclaves fuese atacados regularmente, padeciendo a sitios prolongados. De hostigar a Mazagán se ocupó la caballería de Azamor, emboscándose en unos "matos" próximos a la muralla. Los que incordiaban a la Mamora , se acogían al alcornocal del Cerro de Pedro.
En 1583 delegación de marroquíes "ponientales", portavoces de la oposición al Xarife Hamete, se presentaron en Lisboa, ofreciendo el trono a Muley Naçar y a su sobrino Muley Xeque, cabezas de la dinastía, derrocada tras la batalla de Alcazarquivir. No estando Felipe II dispuesto a soltarlos, pues neutralizaban el riesgo de que Hamete liberase a D. Sebastián, el Austria hizo asistir a entrevista a Sebastián Duarte, intérprete de árabe. Salió desolado. Al comunicarse en azanegue, no entendió una palabra. Traducidas las cartas que traían, se supo que procedían de Cabden "en la costa de la mar". La causa del descontento estaba en la guerra del señor de Estambul, contra el rey de Poniente. Habiendo mandado el turco armada por "la hazera de Melilla y la postrera por la del Poniente", Hamete, rey de los "ponientales", ordenó resistir a los de Catira. Sitiados por Hazen Baxa, con 70 galeras de Túnez, murieron de hambre, al no llegar los socorros prometidos, quedando Tremecén y sus puertos, en poder de los turcos. Indignadas las "cavilas" por el abandono, acordaron cambiar de Xarife, apoyándoles los morabitos, con promesa de aportar 13.000 peones “africanos”.
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1494 "Azamor que es Mazagán". Diego de Lepe. Puertos de Portugal en Berbería |
En los mapas actuales Mazagán, o Mazagâo el Viejo y el Nuevo, aparecen la rivera izquierda del Amazonas, el primero a unas 12 leguas de la desembocadura del río. En la misma boca del Río Villa Nova, afluente del Gran Río, encontramos Porto Santana. En 1591 Ginés Quintero, uno de los últimos pescadores de una Guinea, también llamada Arguim, propuso ir a la "salga y cabezudos" al Angra Santana, a la parte de Cabo Blanco.
Al este, a la entrada de la "Huma", está Macapá con su torre. Atribuida a los portugueses, es arquetipo de fortificación defensiva, repetido desde el Neolítico. Probablemente fue Azamor, topónimo perdido, donde estuvo la fortaleza, cuya construcción se atribuyó al Xarife Abdelmalec.
La fundación de Mazagán se atribuye a náufragos portugueses, que en 1502 dieron en el solar de la antigua Rusibis. Construyeron torre a la que siguió población, dotada de murallas por un Pireis, en 1542. Recuperada por rey de Marruecos, según unos en 1684, según otros en 1769, se dice que los Mazagán amazónicos, fueron fundados por expulsor del primitivo Mazagán, hoy llamado El Jaddida. Pero al estar río arriba el Mazagán, documentado en 1632 y 1634, no es posible confundirlo con población, que está a la orilla del mar.
En 1494 Diego de Lepe, en carabela de Ayamonte, fue a trocar paños y lienzos al Safi y otros puertos de moros, en "paz" con los cristianos. Estando en Azamor "que es Mazagán", conquista de Portugal, fue captura por armada de andaluces, a título de represalia, por haber ido a la “escala de mercadores” , con licencia del rey de Portugal.
Estaba Mazagán a 30 leguas de Safi, Francisco Roque hacía el camino en dos jornadas. De Azamor, puerto de Marruecos, le separaban de su casa, 12 horas a caballo. Comunicado el puerto con Tetuán por barco regular, no faltaban navíos que enlazase con Tánger. Lo estaba con Salé y Santa Cruz, de donde procedían los avestruces.
Azamor o Samor estaba en el río de Azamor, Mazagán o Aer, rico en pesquerías. En 1632 el arraez morisco Hamet, salió de la Alcazaba de Salé en su fragata, con intención de pescar sábalos en el río de Azamor, destino de carabela del Xarife que iba en busca de trigo la Alcazaba. Zarparon al mismo tiempo. La artillería del morabito Aexe, que tenía la ciudad de Salé, les disparó al pasar la barra, acertando con el palo mayor del carabela del rey, obligándola a regresar.
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10.12.1600 Honra con que recibió la "Reyna inglesa", a los moros que mandó el Xarife, con ocasión de pasar a Levante |
La fragata llegó a destino, siendo arrestada en “aquel río” , donde tenía la pesquería, por carabela de Mazagán. Llevada a la plaza, redes y algo de sal, probaron buena intención de los tripulantes. Preguntados por qué no pescaban en el río de Salé, donde también había sábalos, respondieron que el Morabito no lo permitía a los de la Alcazaba , por haberse negado a colaborar en la conquista de la Mamora , por ser aliados de los españoles.
El documento confirma que los ríos de Salé y Azamor o Aer, eran navegables, teniendo caudal suficiente, para que los remontasen sábalos. León el Africano sitúa Azamor en la desembocadura del Ummirabih, oued del actual Marruecos, que difícilmente podría ser remontado por batel. Le presta unos 5.000 habitantes, admitiendo alto porcentaje de mercaderes portugueses atraídos por el sábalo, cuya pesca aportaba a la ciudad de 6.000 a 7.000 ducados al año.
No pudiendo albergar sábalos en el modesto Oued, que desemboca en las inmediaciones de la villa, el Africano ubica la pesquería en el mar, achacando a los portugueses residentes, la iniciativa de ocupar Azamor. Derrotada la primera armada del rey de Portugal, una segunda de 200 velas conquistó la villa, escapando la población musulmana a Salé y Fez, donde se establecieron.
El topónimo Azamor se identifica con Azama, capital de la Dukala , visitada por los cartagineses. En la Azemmour actual, a 99 kilómetros de El Jaddida, hay medina, mehala, kasbah y una Casa de la Pólvora en la Ciudadela , cuya construcción se atribuye a los portugueses. Río exiguo desemboca en las inmediaciones. Sin agua suficiente para recibir carabelas ni fragatas, no la tiene para albergar sábalos, lo que no permite confundirlo, con Samor o Azamor, ni con el río en que fue capturado Hamete, cuyos afluentes eran los "mayores ríos" de Berbería.
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1585 Mercaderes en Berbería (Inf. Guinea) |
Suponemos que el Levante de Berbería, comprende la costa del Norte de África, situada al este de un Marruecos, conocido por Magreb o "Poniente Extremo". Pero el "Levante" de aquellos ancestros era el sudamericano, de Paria al Marañón. Cid Abdelquerín, ex alcaide de Arcila, no aspiraba a refugio en Turquía, cuando pidió Felipe II licencia para cambiar su exilio en Lisboa, por Levante.
Inquieto Felipe III por los moros que recalaron en Londres, enviados por Hamete a Levante, en busca de "pedrería y aljófares", lo estuvo doblemente al saber que se trataba de embajadores. Descontentos los "andaluces" residentes en la Alcazaba de Salé, por el trato que recibían, advirtieron al Xarife que de no cambiar de maneras, marcharían a un levante con minúscula, quizá por referirse al Algarbe de Berbería o a Europa. Los etíopes de Estrabón, población de color residente a "mediodía", ocupaban las dos orillas opuestas del Océano, occidental y oriental, la una a la parte donde sale el sol, y la otra donde se pone.
En el siglo XVII, controlada por Holanda la cantera de esclavos de la Guinea americana y escaso el género, los europeos desarrollaron factorías en la otra costa, creando una Guinea en la costa, que se conoció por Congo o Angola, abundante en negros, por no haber sido explotada.
Oficial de factoría danesa, autor de interesante relato, cuenta que los negros, al servicio de los blancos, pagados en especies, rechazaban el tabaco local, exigiéndolo de Brasil. Al no haber sido informados de su existencia por los colonizadores, es de suponer que la averiguaron por su cuenta. Puede que el vudú haya sido importado a las Indias desde África. Pero no necesariamente por negros esclavos.
Indicativo de que el Islam penetró profundamente en los negros americanos, es guía de turística, editada mediado el siglo XX. Se cita ajimez morisco, "encaje" de piedra, conservado en casa de la calle del Amparo en Olinde. Y se dice que en Bahía, la “Roma de los negros”, la "higa" o mano de Fátima, era amuleto común y apreciado.
Hemos de admitir que Felipe III no se equivocó en 1616, al llamar "Casa de las Indias" a la "Casa da Mina" lisboeta, dándole el primer nombre, que tuvo la Casa de Contratación sevillana, al ser creada para controlar el comercio de Canarias, Santa Cruz, la Mar Pequeña , Tagaoz y el Cabo de Aguer, con el pastel o añil, que se encontrase en las reales posesiones en "África".
En la documentación producida por una Berbería muy voluntariamente olvidada, encontramos topónimos que se conservan en Marruecos. Y no pocos se han olvidado. En 1581 Hamete el Dorado partió de Marruecos, haciendo etapa a 19 leguas, en Morbea; Cidam fue derrotado por Muley Xeque, su hermano, en Mexra el Medbuch, no lejos de Salé, quedando las almehalas de la Garrama en las inmediaciones de una Alcázar. En 1610 Abdalá, hijo de Mahamete, puso su campo en Sathebeni Veritir, plantando Cidam sus reales en Elitnayni el Haliga. Ordenó a sus tropas no alejarse del entorno de Sela, en el curso de la batalla, pues de salir mal parados, se retirarían a Teca, nombre de rada de "Tenerife".
Yendo contra el Morabito Axax en 1614, Cidam tuvo su "campo" en Duquela, a dos pasos de Mazagán. Hamete, hermano y sucesor de Moluco, se apellidó "El Dorado" porque recuperó la Guinea del Oro. Y Colón vio la Montaña Verde en Tierra Firme, reconociéndola sin equivocarse.
En diciembre de 1623, Muley Cidam salió de Marruecos con buen tiempo. Deteniéndose en Mosgres presenció alarde de 14.000 caballeros, entre los que figuraban 500 "andaluces" de Salé, levantados para ir a Dará, donde se alzó el morabito Sidi Alí. Terminada la revista Cidam marchó a Safi.
Tras la conquista de Tremecén, los turcos disfrutaron de puertos a las puerta de a las Indias. Estando a punto de caer en sus manos, el rey de Vélez pidió ayuda a Felipe III. Tocó el servicio a Manuel Alonso de Guzmán, general de las Galeras de España. En ruta y en el Atlántico, hizo presas de corsarios moros. Llegó con retraso, pues Vélez se liberó sin ayuda. Sin embargo el viaje tuvo utilidad, pues le aportó experiencia. En 1631 pidió 6 galeras a Felipe IV, para la guarda de Andalucía, recordando el miedo que causaban a los corsarios, cuando la llevó a los mares de Indias. Hubo un reino de Vélez junto a Túnez. Y otro Vélez, al oeste de Maracaibo.
No hay indicio ni posibilidad, de que el Santo Oficio tuviese autoridad en el norte de África. Pero la tuvo en la Berbería que nos ocupa. Inquieto Felipe II por la fe religiosa y política de mercaderes castellanos, con 30 y 40 años de residencia entre moros, pues siendo los más conversos de moro y judío o descendientes de conversos, tendían a dejar el cristianismo, sirviendo con más celo al Xarife, que al rey de las Españas, Alonso de Guzmán aconsejó imponerles regreso a la patria, por mano de la Inquisición , para evitar el escándalo. Rumiada la idea, en 1591 el Austria encargó al Inquisidor General, repatriación forzosa de vasallos descarriados, contaminados de herejía, mandato imposible, de haber residido los tales en el Marruecos actual.
En 1585 Pedro Venegas, embajador en Marruecos, informó que la Guinea , comprendida en la "conquista" de Portugal, era tierra de mucho oro. Enterado el Guzmán, pidió que "algunos galeones" de Indias se alargasen a Berbería, para ahuyentar a los corsarios, en especial a los mercaderes extranjeros, habituales del Cabo de Aguer y Safi, pues conveniente que dejasen de frecuentar aguas y puertos, incluido en la "conquista" de Castilla, con la tranquilidad que solían, depreciando los productos de Indias, al comprar a precio de saldo.
En 1605, el duque de Medina Sidonia pidió tres pataches o filibotes, tan rápidos como los barcos ingleses, que llevaban cereales a los puertos de Muley Cidam, para cerrarlos al comercio, castigo merecido por el Xarife, por tratar con enemigos del Austria. Al no tener barcos, Felipe III mandó suplir con los del “socorro”. Desembarcados los pertrechos y vituallas, que llevaban a la Mamora , seguirían a Safi, para quemar los barcos de Holanda, que encontrasen en el puerto.
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1619 Armada del Mar Océano y costa de Berbería |
En 1604, la Armada corrió la costa del Xarife con pilotos de la carrera de Indias. No siendo habituales de aquella navegación, al no encontrar las desembocaduras de los ríos, no pudieron entrar en puerto. Decretado embargo general para formar armada, que escarmentase a las 80 urcas de rebeldes, habituales de la sal de Araya, Alonso de Guzmán, consciente de que la mala voluntad, hace fracasar cualquier empresa, aconsejó pagar 9 reales por tonelada de buque embargado, en lugar de los 7 habituales. La respuesta fue desabrida. No habría subida, pero sí pilotos gallegos. Se había descubierto que conocían la costa, porque eran gallegos los de tres barcos piratas, de los que se "recogían" en Berbería, capturados por Oquendo. Queriendo evitar la contaminación, subiría a bordo cuando al pasar los navíos frente a Finisterre.
La penetración inglesa en Brasil, se inició reinando D. Sebastián. Adquirida la corona de Portugal por Felipe II, impuso en la “ conquista” de Portugal, el régimen de monopolio, que imperaba en Indias. Expulsados los extranjeros de unos puertos, que frecuentaron como honrados mercaderes, perdido el respeto a la corona, por ser la medida injusta, se mutaron en corsarios. Progresivo el movimiento, del contrabando pasaron a la piratería y de la piratería a la ocupación. Instalados los ingleses en Virginia, desde el siglo XVI, formaron enclaves en el istmo, las Antillas y Levante, del Orinoco a Cananea. En buenas relaciones con los naturales y los sucesivos xarifes, bien vistos por los morabitos, tuvieron más influencia que los españoles, vendiendo en los puertos de Marruecos a más de productos de la tierra, el botín que les procuraban las flotas de los Felipes.
En 1608, reducida la Armada del Mar Océano a 5 velas, Luis Fajardo, terminada la limpieza del Caribe, continuó limpiando la costa de Berbería. No consiguió sacar a los corsarios de sus "guaridas", pero garantizó la seguridad de las flotas. En 1610, año de la compra de Alarache, Felipe III puso tres barcos de 300 toneladas en Ceuta, armada del Estrecho que se alargaba a Berbería y las "islas" de Indias, de permitirlo el tiempo.
Intermitentes las incursiones, lentos los barcos, corsarios y piratas continuaron proliferando. Ágiles sus navíos, no dudaban en abordar a los galeones, manifestando sospechoso respeto hacia las carabelas, tartanas y chalupas, de pescadores y boneteros. Recelosos de una autoridad, de la que únicamente esperaban tarascadas, al filo de la ley, sus relaciones con quienes estaban al margen eran tan estrechas y abiertas, como recelosas las que mantenían con los oficiales del rey.
Nombrado Capitán General de la Armada del Mar Océano, en España y Portugal, Fadrique de Toledo consiguió sacar provecho de una fuerza en decadencia. Dividida la armada en dos escuadras, patrulló las costas de Indias y Berbería simultánea y permanentemente, consiguiendo que flotas y socorro de las plazas, navegasen con seguridad desconocida. Alentado por su propia eficacia, se creyó facultado para escribir al rey lo que pensaba: sin más utilidad las plazas que la de quitar a los corsarios puertos mediocres, de fácil sustitución, abandonarlas para destinar lo ahorrado a la construcción de navíos, tan ágiles como utilizados por los extranjeros, permitiría asegurar definitivamente las Indias y el transporte del oro. orden de prioridades que por ser racional, no está al alcance de gobernantes.
Significativos los títulos que utilizaron los reyes, que lo fueron en el continente americano, pues todos se consideraron acreedores al conjunto, en 1610 “Amule Seque” , omitiendo a su hermano Cidam, se titulaba rey de Marruecos, Fez y Sus; en 1637, “Amule Muharra el Ce” se decía emperador de Marruecos, rey de Fez, Sus, Dará, Tafilete "con sus reinos de Guinea", Gago, Tumultuar, las provincias de Ha o Haza, Duquela y Tamiza o Misma. Dos años más tarde, declaró "a su obediencia real... los polos del Poniente" , enorgulleciéndose de haber "humillado a su mando.. .nuestros vasallos de los polos de la morisma", con los "poderosos reyes de la Guinea y sus polos lejanos y cercanos" . En 1640, "se humillaron a su bendición los poderosos reyes de la Guinea , de polo a polo" . El rey de Portugal lo era de "aquende y allende la mar en África", señor "da Guinea", "de la conquista, navegación y comercio de Etiopía, Arabia, Persiga e la India " y de los Algarbes. El hijo de Juan III, coetáneo de Carlos V y del Mahomet conquistador, se limitó a llamarse Príncipe de Brasil. Los Católicos fueron reyes de las Islas Canarias, Islas de Indias, sus posesiones en África y Tierra Firme. Felipe II, de las Islas de Canaria, las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano.
En 1625, a una década del inicio de las Guerras del Marañón, los holandeses ocuparon Bahía. A cargo la “restauración del Brasil” de la Armada del Mar Océano, Fabrique de Toledo recuperó el enclave, regresando con los barcos mal parados, la tablazón de las cubiertas abierta. Desembarcada la gente, fue embarcada sin respiro en los galeones de la plata, habiendo asomado la armada inglesa, a la parte de Poniente.
“Muy llena” la mar de piratas, pero convencido Felipe IV de ser propietario de cuanto producía el continente, en 1632 hizo capturar dos barcos turcos en el Estrecho, por llevar carga de azúcar y cueros, procedente de los puertos de la Berbería del Xarife. En 1637 los holandeses tomaron Pernambuco. No queriendo el rey que se supiese, prohibió salir vela de Cádiz, Sanlúcar y Lisboa.
A un año de la independencia de Portugal, los andaluces padecieron a los moros en la bocana de sus puertos, no pudiendo salir embarcación. Carta dirigida por Gaspar de Guzmán a Felipe IV, el 22 de enero de 1639, refiriéndose a despachos de Jerónimo Villanueva, certifica de la presencia del Islam en el continente americano, así como del interés del rey de Inglaterra, por conseguir , por vía de vasallaje, la Alcazaba de Salé, a ser posible con la ciudad de Salé.
No escapó al Guzmán el origen jurídico del interés. El reconocimiento daría a la corona inglesa derechos en Indias, de naturaleza similar a los que esgrimían la de España y Portugal. Estando el Morabito a punto de tomar la Alcazaba , el Guzmán aconsejó a Felipe IV tomarla para su corona, aunque exponiéndose a romper con Inglaterra. Secundario el riesgo de mayor presencia de corsarios en Salé, el vasallaje prestado al rey de Inglaterra, sería políticamente letal, pues anularía “el principio de conquista”, que la corona de Castilla tenía “introducido en aquella costa y provincia". No habiendo noticia ni indicio de que los reyes de España, pretendiese derechos soberanos sobre el continente africano, pero siendo evidente que los exigieron sobre América, habremos de admitir que la Alcazaba de Sale y entorno, se ubicó a Poniente de Atlántico.
Falto Carlos III de esclavos, mano de obra indispensable en las colonias, solicitó del rey de Portugal que le permitiese nutrirse de esclavos en Guinea. No le abrió la cantera americana, pero le cedió Annobon y Fernando Poo, provincias marginales de Gabón, como cantera de negros.
Maquiavelo, en párrafo de El Príncipe, dedicado a Fernando V de Aragón, nos dice que valiéndose de una falsa "piedad devota", tras la conquista de Granada, emprendió la de "África", sin aludir al descubrimiento de unas Indias ignotas, que se supone de dominio público desde 1493.
No llamó la atención al florentino pues no alude a “descubrimiento”, pero sí a “conquista” en África, es decir a la iniciada por Alonso Fernández de Lugo, precisamente en el verano de 1492, que siguió a la caída de Granada, cuyo escenario fue las islas de Palma y Tenerife y una Berbería de límites imprecisos.
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1639 "Principio de conquista" de Felipe IV, sobre Berbería |
De haberse tratado de las Canarias actuales, debidamente conquistadas en 1483, por Pedro de Vera, con aditamento de franja continental de desierto, la importancia del hecho hubiese merecido atención relativa, acaparándola a nivel universal el hallazgo de continente ignoto, hecho que ser cierto, hubiese merecido más de un párrafo, en la obra global de Maquiavelo. No nos habla de “descubrimiento”, porque no lo hubo. Y si alude a la “conquista”, se debe a que efectivamente, conmocionó a los enterados.
El Colón "descubridor" de las Islas de Indias y Tierra Firme, pasó desapercibido en su tiempo, porque sus viajes no pasaron de travesías rutinarias. Así lo intuyó Voltaire, demasiado inteligente para asumir la patraña. Sin pruebas documentales, hubo refutarl por vía de lógica, demostrando que lo imposible no puede ser. Un ejercicio fuera del alcance, de quien asume formación escolástica, pues enseñado a poner en duda la realidad, percibida a través de los sentidos y filtrada por la razón, no sabe ni quiere descender, al sólido terreno del sentido común.
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